Estoy aquí para cumplir con la dosis semanal de relatos canallas.
Como quiero iros dando una de cal y una de arena, esta semana me pongo serio.
Quiero dedicar este cuento a todos los curritos que se dejan la piel cada día por una miseria, pasando fatigas y aguantando a cretinos.
¿Quién no se ha sentido alguna vez así?
Por ellos va.
Aquí os dejo un breve extracto, pero ya sabéis que podeis descargar el relato gratuitamente.
“Miras el reloj con rencor. Lo miras, y una pequeña parte de ese rencor se alivia al darte cuenta de que queda poco. Sesenta minutos de terraza, a lo sumo hora y media, y luego lo que tardéis en recoger. Ocupas tu puesto en la puerta, atento a que cualquier cliente alce el brazo, o la mano, con el dedo índice levantado, o se ponga a chistar, o grite: “¡chico! ¡Eh, chico!”. Las mesas están todavía llenas, porque son las fiestas, y por la calles van y vienen diez mil almas, cada una buscando lo suyo. Te hubiera gustado ver el concierto, porque conoces las canciones, y son de esas que se llevan guardadas bien dentro para toda la vida. De todas formas no te puedes quejar, porque el escenario está allí mismo, delante de la catedral, y aunque solo te llegue el eco distorsionado de letras y música, puedes canturrear tus estrofas favoritas para ti mismo, como si rezaras al dios de la nostalgia…”
4 comentarios:
UN CUENTO A LA SEMANA!!! Y ya ha empezado la semana... tic tac tic tac! Comienza la cuenta atrás!!!
Con ganas de disfrutar de tus cuentos!
Un beso.
J.
Ah, digo un cuento a la semana, pero no digo que día, jajajaja.
Un beso,
el murciélago.
murcielago que pierdes el norte
pues la semana se te pasa!!!
Como mola meter presión.
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