jueves, 17 de noviembre de 2011

NO ME LLORES. Parte 4.

Buenas tardes, amigos del murciélago.

Los personajes tienden a desdibujarse si no los controlamos adecuadamente. 

Como en la vida misma, es fácil caer en la confusión. Solemos definir a las personas por lo que dicen, cuando deberíamos valorarlas por lo que hacen. Los actos nos definen. La palabra es vacua, una herramienta para el sofismo, la manipulación y el engaño. Ciertamente, hay algunas personas consecuentes que hacen lo que dicen, pero el ser humano tiende a sublimar con palabras aquellos actos que no se atreve a realizar: "un día de estos me apunto al gimnasio", "voy a cambiar, te lo juro", "voy a mandar a la mierda el trabajo y daré la vuelta al mundo", "¡VOTADME: BAJARÉ LOS IMPUESTOS Y NO RECORTARÉ MÁS SERVICIOS!"

No, amigos. Abramos los ojos y empecemos a diferenciar entre palabrería y hecho.

Y esto no sólo vale a la hora de votar.
El narrador no puede pretender que su personaje principal nos embelese con discursitos baratos. El personaje debe actuar. Sólo de esa forma el lector, que nunca se deja engañar, dejará de sentir indiferencia hacía él, transformándola en simpatía o antipatía, en admiración u odio, o quizás (si nuestro arte es depurado) todo a la vez.

Hoy Montero explica el secreto de su éxito. Diréis: "está soltando uno de esos discursitos de los que hablabas antes". Y yo os digo: NO. 
NO ME LLORES es una novela en primera persona. Montero habla y habla, y se intenta justificar. Pero habla de lo que hizo, sin pelos en la lengua: su discurso incluye la acción.

Pero sigamos con la lectura:


NO ME LLORES
4: EL BISNESS





[...] Hay tres clases de hombres ¿sabes? Los que no saben lo que quieren y van dando tumbos por la vida; los que saben lo que quieren, pero no tienen los redaños para conseguirlo; y los que saben lo que quieren y no se dan por vencidos hasta alcanzar su objetivo. A toda costa.
Son estos los que hacen avanzar el mundo. Hagamos memoria: Julio César, Alejandro Magno, Napoleón… A eso se le llama éxito, aunque nadie dijo que el éxito viniera acompañado de un final feliz, sino que se lo digan a Jesucristo [...]



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Y ahora dejo que os dediquéis a vuestros menesteres.
Volveré el fin de semana, si me es posible para daros alguna noticia nueva sobre CUATRO CRISIS.

¡UN CUENTO A LA SEMANA!

4 comentarios:

hugo fuentes cannobbio dijo...

oye! deja de copiarle a Dostoievsky porfasaaaa!

SERGI ÁLVAREZ dijo...

A Dostoievsky?
Vaya, eso nunca me lo habían dicho.
Aunque no sea del todo un halago, gracias.

Raskolnikof

hugo fuentes cannobbio dijo...

Es demasiado material el que tienes por ahí. Puedes recomendarme alguno para empezar?

SERGI ÁLVAREZ dijo...

Pues lo que estás leyendo es una novela corta y aun no la he colgado entera. si quieres algo breve tienes mucho donde elegir en la nube de etiquetas, pero ¿qué tal una serie?

ahí va:

http://elmurcielagorojo.blogspot.com/search/label/CUENTOS%20DEL%20MAESTRO%20OM%20SACRAS