Hoy me he levantado pronto, a pesar de mi naturaleza nocturna, porque estoy de vacaciones otra vez (lástima que sólo sea una semanita) y quería aprovechar el día escribiendo, leyendo, ver alguna película, beber cerveza y hacer algún pincho de tortilla en el bar de la esquina. Son muchas cosas y muy poco tiempo, así que aquí me tenéis.
Y seguimos con los relatos breves, casi microrelatos. A medida que vaya pasando el tiempo iré colgando los más breves, pero suelo sentirme cómodo en estos medios formatos.
A los principiantes aconsejaría, siempre desde la humildad de un murciélago cinturón amarillo de escritor, que si queréis practicar el género del relato breve o del microcuento, escojáis un tema. Las ideas no llegan porque sí, a menos que las inspire un hecho, una situación vivida, una anécdota escuchada... o a menos que forcéis el cerebro a meditar. Este es el objetivo. Si elegís un tema sobre el que pensar seguro que se os ocurrirán varias ideas sobre las que escribir. Aprovechadlo, sacadle le partido a eso. Da igual que al principio cueste, id al grano, las palabras justas, lo importante es la idea, no la prosa. Recordad aquella metáfora del maestro, ya señalada en uno de mis posts: buscad el efecto devastador de un puñetazo. Pensad que sois boxeadores de las letras. El lector es el contrincante. Hay que dejarle KO. O al menos que se tambalee un poco.
Pues bien, el relato que leeréis ahora fue escrito para una pequeña serie que titulé: "LA MUERTE EN BREVE". Como habréis deducido, hablaba sobre la muerte... desde diferentes puntos de vista. Este puede ser uno de los temas a elegir, pero hay muchas otras posibilidades. Yo mismo tengo más series, como "LA CULPA EN BREVE", o "EL MITO EN BREVE".
Todo depende de lo queráis hacer. Seguid mi consejo o no lo sigáis. Sólo intento expresar, de una forma llana, lo que, poco a poco, he ido aprendiendo sobre este oficio.
Y no me extiendo más. Aquí tenéis mi relato breve. Lo cuelgo completo, como el anterior, pero podéis descargarlo en PDF, como siempre. Y como siempre, os recuerdo que, si os gusta, el único pago que os pido es que lo enviéis a un amigo. Echad un cable a este pobre murciélago egocéntrico.
AQUEL TUFILLO.
"Hacía ya años que venía percibiendo un tufillo rancio. Llegaba en vaharadas. Penetraba sus fosas nasales para estremecerle con la duda de sí era él el que lo despedía, y luego desaparecer sin más, dejándole confuso. Pero no podía ser. Él se duchaba a diario, se lavaba los pies y los sobacos y utilizaba abundante desodorante. No era un guarro, cumplía con las normas de higiene establecidas por la sociedad.
Y sin embargo el tufo venía de vez en cuando, y él notaba que en esas ocasiones la gente se le acercaba lo menos posible. En el metro no tenía problemas de espacio, los compañeros de trabajo le evitaban en la sala del café, su jefe no le daba los buenos días, y le parecía que las secretarias giraban la cara al pasar él, como protegiéndose de su olor corporal. No es que le importara demasiado, pero la duda iba creciendo en su interior.
Un día acudió al médico para hacerse una revisión y ver si descubría de una vez la causa del aquel tufillo. Por supuesto se cuidó mucho de comentar nada al doctor, no fuera a ser que le tomara por un loco.
-No hay pulso- dijo el doctor.
-¿Qué quiere decir?- preguntó él.
-Que está usted muerto, caballero.
Que importante es, pensó, que en algún momento alguien te abra los ojos y te diga la verdad.
Y se convirtió en polvo allí mismo, sobre la camilla".
DESCARGA EL RELATO COMPLETO CLICKANDO AQUÍ:
Pero os espero pronto con...
¡UN CUENTO A LA SEMANA!
4 comentarios:
Hola primo
estoy de vacaciones yo también,aquí en Valencia, y lo mío también es leer, escribir, y los pinchos de tortilla...menos lo de la cerveza todo...!! ;-)
Así que he empezado el día leyendo tu último relato...y me ha gustado mucho! Por ahí hay más de uno que desprende ese tufillo a vida apagada y no se entera, pero tampoco tengo el valor de decírselo...
nada, sólo era para decirte que me ha gustado mucho...sigue pues escribiendo...
un abrazo desde Valencia
Miriam Crespo
Hola Miriam,
que gracia encontrarte por aquí, en mi cueva. Me alegro que te haya gustado. Por cierto, que te hice caso y me presente a hucha de ORO. Aún no sé nada, pero si tengo suerte te lo deberé a tí.
Y tú también, sigue escribiendo. a evr si me mandas alguno de tus cuentos favoritos breves. Me gustaría crear una pequeña sección de "artistas invitados", para ir colgando los trabajos de otros escritores desconocidos... siempre que me gusten los cuentos, claro.
Bueno, piénsatelo. Pero que sea breve.
Un abrazo desde mi cubil.
ummm cuanto tiempo sin leer este relatiyo! Joder me viene como anillo al dedo!
Genial tio!
Un beso
J.
Lo bueno de estar varias semanas sin pasarme por aqui es que al volver no me encuentro una perla, me encuentro varias de golpe. Asegurate esa cabeza que tienes, igual que la J-LO se aseguró el culo
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