Hola, mis murciélagos encarnados.
Como prometí, estoy de vuelta aquí en mi guarida, para regalaros otro relato canalla.
Esta vez abordo el género fantástico, aunque desde mi propio punto de vista.
El género fantástico es difícil de tratar, pero muy agradecido cuando tienes una idea que se sale de lo común. Todo vale en este género, siempre y cuando establezcas desde el principio una serie de reglas. El lector, que es un ser mucho más intuitivo de lo que piensan algunos, aceptará con alegría la barbaridad más grande del mundo, siempre y cuando entienda que tú, el escritor, estás respetando las reglas del juego. Aquí no vale hacer trampas, muchachos.
Y de esto mismo va "Tú la llevas". Nació de la voluntad de escribir un extraño cuento basado en unas reglas muy sencillas.
En un principio se planteó como un relato a cuatro manos, pero puesto que yo me engresqué tanto con el juego, el otro escritor me cedió el derecho a terminarlo sin él. Así que quiero dedicárselo al gran Jimmix, que colaboró en el concepto del relato tanto o más que yo.
Aquí os dejo un pequeño fragmento:
"…Una niña. Hay una niña. Es bonita. Está jugando a uno de esos juegos extraños que se juegan en el suelo. Me da un poco de lástima, pero tengo que hacerlo. A la hora de la verdad el hombre civilizado se convierte en un lobo y sólo cuenta salvar el pellejo. Sé que si puedo le pasaré la marca, y contengo una arcada. Mis piernas me acercan a ella. Me agacho y le sonrío. La niña tiene una tiza. Qué ojos, cuando sea mayor será una belleza. Si llega. Qué ojazos. Me sonríe. Levanto la mano para tocarla, pero ella dibuja una cruz de tiza en el asfalto y mi mano se queda flotando. Ya no es mi mano, es la de otro. La niña me vuelve a sonreír. No habla con desconocidos, sólo les pinta cruces de tiza. La odio. La odio tanto que la mataría aquí mismo si el acto no me delatara inmediatamente. Porque si Ellas averiguan que sé, se dejaran de juegos y se presentarán enseguida…"
Como pago, como siempre, os pido que, si os gusta lo bastante, lo enviéis a vuestros amigos más canallas.
Y por hoy ya está bien de fantasías. Voy a ver si me atuso las orejas antes de que se haga de noche. Ultimamente noto que me estoy quedando algo sordo del oído izquierdo, y eso es fatal para un murciélago.
Pasáos por aquí la semana que viene. Os tendré preparadito y listo para llevar...
¡UN CUENTO A LA SEMANA!
Como prometí, estoy de vuelta aquí en mi guarida, para regalaros otro relato canalla.
Esta vez abordo el género fantástico, aunque desde mi propio punto de vista.
El género fantástico es difícil de tratar, pero muy agradecido cuando tienes una idea que se sale de lo común. Todo vale en este género, siempre y cuando establezcas desde el principio una serie de reglas. El lector, que es un ser mucho más intuitivo de lo que piensan algunos, aceptará con alegría la barbaridad más grande del mundo, siempre y cuando entienda que tú, el escritor, estás respetando las reglas del juego. Aquí no vale hacer trampas, muchachos.
Y de esto mismo va "Tú la llevas". Nació de la voluntad de escribir un extraño cuento basado en unas reglas muy sencillas.
En un principio se planteó como un relato a cuatro manos, pero puesto que yo me engresqué tanto con el juego, el otro escritor me cedió el derecho a terminarlo sin él. Así que quiero dedicárselo al gran Jimmix, que colaboró en el concepto del relato tanto o más que yo.
Aquí os dejo un pequeño fragmento:
TÚ LA LLEVAS
"…Una niña. Hay una niña. Es bonita. Está jugando a uno de esos juegos extraños que se juegan en el suelo. Me da un poco de lástima, pero tengo que hacerlo. A la hora de la verdad el hombre civilizado se convierte en un lobo y sólo cuenta salvar el pellejo. Sé que si puedo le pasaré la marca, y contengo una arcada. Mis piernas me acercan a ella. Me agacho y le sonrío. La niña tiene una tiza. Qué ojos, cuando sea mayor será una belleza. Si llega. Qué ojazos. Me sonríe. Levanto la mano para tocarla, pero ella dibuja una cruz de tiza en el asfalto y mi mano se queda flotando. Ya no es mi mano, es la de otro. La niña me vuelve a sonreír. No habla con desconocidos, sólo les pinta cruces de tiza. La odio. La odio tanto que la mataría aquí mismo si el acto no me delatara inmediatamente. Porque si Ellas averiguan que sé, se dejaran de juegos y se presentarán enseguida…"
DESCARGA EL RELATO COMPLETO CLICKANDO AQUÍ:
Como pago, como siempre, os pido que, si os gusta lo bastante, lo enviéis a vuestros amigos más canallas.
Y por hoy ya está bien de fantasías. Voy a ver si me atuso las orejas antes de que se haga de noche. Ultimamente noto que me estoy quedando algo sordo del oído izquierdo, y eso es fatal para un murciélago.
Pasáos por aquí la semana que viene. Os tendré preparadito y listo para llevar...
¡UN CUENTO A LA SEMANA!
4 comentarios:
Uno de mis favoritos. Como siempre, te sales.
En respuesta al detalle (que por cierto es puramente anecdótico), se te saluda mamoncete
FóFó and Jeremiah Foreman
Y como siempre para aquellos adectos del Esplendor, para que podáis llegar, os dejo el Teorema del Esplendor, para que vayais practicando:
Esplendor = raiz cuadrada de x al 34 + felicidad al 34.
E = raiz cuadrada x34 + f34
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