Hola de nuevo, amigos del murciélago.
Empezamos esta séptima semana de vida de vuestro Blog favorito recomendándoos a Haruki Murakami.
Hace ya algún tiempo que me venían recomendando el Tokio Blues, pero como tenía un buen montón de libros por leer, no me decidía a comprarlo. Con los libros me pasa un poco como con las películas, de repente me apetece ver esta o aquella con una extraña urgencia y luego no encuentro el momento adecuado. De esta forma voy acumulando material, porque uno está ocupado la mayor parte del tiempo con aquello del trabajo y la subsistencia, y llega un día en que no sólo no me apetece ya ver aquella película, sino que tengo tantas otras esperando su turno que me cuesta decidir y termino viendo alguna chorrada en la tele. Así que normalmente intento resistirme a la compra hasta que llega ese momento mágico en el que, no sólo el libro se abre ante tí, sino que tú te abres ante el libro.
Y como soy un amante del relato me decidí por "SAUCE CIEGO, MUJER DORMIDA" (en este caso no compré el libro, me fue regalado por una preciosa rubia, lo cual hacía aún más apetecible tanto el libro como a la rubia). Y he aquí mi recomendación:
La prosa de Murakami tiene algo mágico, es capaz de transmitir tan bien los estados de ánimo que uno parece transportarse a la escena que están viviendo los personajes. Es una prosa rica en matices, pero a la vez sencilla, que huye de los artificios. Quizás de ahí su éxito.
Nunca me han gustado los narradores arrogantes.
En el libro, editado por Tusquets, encontraréis todo tipo de género. Predominan los relatos con finales abiertos, reflexivos, casi zen, escritos para el delirio de los sentidos, para te sientas parte del cuento.
Por momentos me recuerda al mejor Capote; de repente se vuelve acaramelado, casi ñoño, y al cuento siguiente te lo encuentras de lo más gamberro y surrealista. Uno puede reirse con "Somormujo", "La tía pobre" o "Conitos", inquietarse con "Los gatos antropófagos", "Cangrejo", o emocionarse con "La chica del cumpleños", "La luciernaga", o "Hanaley Bay".
Con todo, mi favorito es "Viajero por azar". Para mí, sólo por este relato ya valdría la pena comprar el libro. Uno asume que la vida es algo extraño que le ha tocado sobrellevar, sin darse cuenta de las pequeñas señales que nos envía.
En fin, me pongo filosófico y reconozco que eso no es lo mío. Mejor dejaros con un pequeño fragmento, con el permiso del maestro Murakami:
"... Si tuviera la ocasión de pedirle a Tommy Flanagan que tocara dos melodías más, ¿cuáles elegiría?" Tras pasarme un rato dándole vueltas al asunto, opté por Barbados y Star-Crossed Lovers. La primera es de Charlie Parker; la segunda, de Duke Ellington. Hay algo que quiero aclarar para los que no sean muy entendidos en jazz y es que ninguna de las dos son melodías muy conocidas. La primera se puede escuchar a veces, aunque es una de las obras más discretas que dejó Charlie Parker, y, encuanto a la segunda, creo que la mayoría de la gente diría: "ésa, yo no la he oído en mi vida"... ... Por lo tanto, me hubiera parecido un sueño que las interpretara entonces ante mis ojos. Yo mantenía la vista clavada en él imaginando cómo bajaba del escenario, se dirigía directamente a mi mesa y me decía: "Hace rato que tengo la sensación de que quieres pedirme que toque algo, así que pídeme dos melodías". Por supuesto, las perspectivas de que mis sueños se hicieran realidad eran nulas. Sin embargo, Flanagan, al final de la actuación, sin decir una palabra, sin lanzar una mirada hacia mí, ¡interpretó las dos melodías, una detrás de la otra!. Primero la balada, Star-Crossed Lovers; luego una (versión) uptempo de Barbados. con la copa de vino en la mano, me quedé sin palabras..."
Ahí queda eso, que no es poco.
El murciélago sale volando, que tiene muchas cosas que hacer. Entre otras cosas preparar el relato que os colgará mañana lo más tardar. Ya sabéis lo que se dice por aquí:
¡UN CUENTO A LA SEMANA!
Empezamos esta séptima semana de vida de vuestro Blog favorito recomendándoos a Haruki Murakami.
Hace ya algún tiempo que me venían recomendando el Tokio Blues, pero como tenía un buen montón de libros por leer, no me decidía a comprarlo. Con los libros me pasa un poco como con las películas, de repente me apetece ver esta o aquella con una extraña urgencia y luego no encuentro el momento adecuado. De esta forma voy acumulando material, porque uno está ocupado la mayor parte del tiempo con aquello del trabajo y la subsistencia, y llega un día en que no sólo no me apetece ya ver aquella película, sino que tengo tantas otras esperando su turno que me cuesta decidir y termino viendo alguna chorrada en la tele. Así que normalmente intento resistirme a la compra hasta que llega ese momento mágico en el que, no sólo el libro se abre ante tí, sino que tú te abres ante el libro.
Y como soy un amante del relato me decidí por "SAUCE CIEGO, MUJER DORMIDA" (en este caso no compré el libro, me fue regalado por una preciosa rubia, lo cual hacía aún más apetecible tanto el libro como a la rubia). Y he aquí mi recomendación:
La prosa de Murakami tiene algo mágico, es capaz de transmitir tan bien los estados de ánimo que uno parece transportarse a la escena que están viviendo los personajes. Es una prosa rica en matices, pero a la vez sencilla, que huye de los artificios. Quizás de ahí su éxito.
Nunca me han gustado los narradores arrogantes.
En el libro, editado por Tusquets, encontraréis todo tipo de género. Predominan los relatos con finales abiertos, reflexivos, casi zen, escritos para el delirio de los sentidos, para te sientas parte del cuento.
Por momentos me recuerda al mejor Capote; de repente se vuelve acaramelado, casi ñoño, y al cuento siguiente te lo encuentras de lo más gamberro y surrealista. Uno puede reirse con "Somormujo", "La tía pobre" o "Conitos", inquietarse con "Los gatos antropófagos", "Cangrejo", o emocionarse con "La chica del cumpleños", "La luciernaga", o "Hanaley Bay".
Con todo, mi favorito es "Viajero por azar". Para mí, sólo por este relato ya valdría la pena comprar el libro. Uno asume que la vida es algo extraño que le ha tocado sobrellevar, sin darse cuenta de las pequeñas señales que nos envía.
En fin, me pongo filosófico y reconozco que eso no es lo mío. Mejor dejaros con un pequeño fragmento, con el permiso del maestro Murakami:
"... Si tuviera la ocasión de pedirle a Tommy Flanagan que tocara dos melodías más, ¿cuáles elegiría?" Tras pasarme un rato dándole vueltas al asunto, opté por Barbados y Star-Crossed Lovers. La primera es de Charlie Parker; la segunda, de Duke Ellington. Hay algo que quiero aclarar para los que no sean muy entendidos en jazz y es que ninguna de las dos son melodías muy conocidas. La primera se puede escuchar a veces, aunque es una de las obras más discretas que dejó Charlie Parker, y, encuanto a la segunda, creo que la mayoría de la gente diría: "ésa, yo no la he oído en mi vida"... ... Por lo tanto, me hubiera parecido un sueño que las interpretara entonces ante mis ojos. Yo mantenía la vista clavada en él imaginando cómo bajaba del escenario, se dirigía directamente a mi mesa y me decía: "Hace rato que tengo la sensación de que quieres pedirme que toque algo, así que pídeme dos melodías". Por supuesto, las perspectivas de que mis sueños se hicieran realidad eran nulas. Sin embargo, Flanagan, al final de la actuación, sin decir una palabra, sin lanzar una mirada hacia mí, ¡interpretó las dos melodías, una detrás de la otra!. Primero la balada, Star-Crossed Lovers; luego una (versión) uptempo de Barbados. con la copa de vino en la mano, me quedé sin palabras..."
Viajero por azar.
Haruki Murakami.
Haruki Murakami.
Ahí queda eso, que no es poco.
El murciélago sale volando, que tiene muchas cosas que hacer. Entre otras cosas preparar el relato que os colgará mañana lo más tardar. Ya sabéis lo que se dice por aquí:
¡UN CUENTO A LA SEMANA!
1 comentario:
Queda pendiente el intercambio de libros!
J. Beso.
Publicar un comentario