A veces vale la pena dejar de lado los aspectos más profundos de la literatura y trivializar un poco.
A menudo, los escritores noveles, tendemos a pergeñar trsitezas y dramas. Unas veces es porque nos sentimos atormentados, otras sólo porque queremos parecerlo.
Yo, por mi parte, suelo compaginar un trabajo de envergadura, con pequeños proyectos humorísticos, sin más pretensión que arrancar una sonrisa a quién los lee. Me funciona como terapìa: ya que no puedo dejar de escribir, un chiste de vez en cuando me mantiene cuerdo, aunque quien lo lea pueda opinar lo contrario.
Hoy seguimos con mi serie de FREAKUENTOS.
Los invitados son unos vecinos muy lambuceros, amantes de la chicha y las mollejas. Es mi pequeño tributo a ese género cinematográfico que tanto me fascina: el de zombis.
Ala, a leer:
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Y la semana que viene, volveremos a esta serie con un relato que un lector me ha enviado para EL TENDEDERO, la sección de artistas invitados.
Ah, no olvidéis que CUATRO CRISIS está a la venta en formato electrónico.
¡UN CUENTO A LA SEMANA!
2 comentarios:
esa es buena!!. jajajaja ya se que hacer en caso de zombies.
Ey, maestro! muchas gracias! Yo en caso de zombis me echaría por encima salsa barbacoa, no creo que durara mucho.
Un abrazo!
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