Buenos días, amigos del murciélago.
Esta semana os he hecho esperar un poquito, pero ha sido a propósito.
Hoy, si no sufro uno de mis ataques de alzheimer, es 4 de junio, y creo que es una fecha para recordar.
Hace unos días, el ejército israelí abordó un barco que cargaba parte de la ayuda internacional que miles de generosos ciudadanos del mundo destinan a la franja de Gaza, en Palestina. Este barco se abordó ilegalmente, en aguas internacionales, con el pretexto de que "llevaba armas para los terroristas". En realidad, el abordaje se efectuó porque el ejercito tenía la fuerza para actuar de esa forma sin temer represalias. En cuanto a las supuestas "armas" encontradas en el barco, se presentaron como prueba ante la opinión pública internacional, varios tirachinas (recordemos que una canto bien lanzado puede atravesar fatalmente la armadura de keblar de las fuerzas de élite israelíes, así que hay que tener cuidado), varios cuchillos ornamentales, a lo que habría que sumar la ayuda humanitaria, peluches, ropa, sillas de ruedas, etc.
Esta agresión sería el equivalente a que un comando de las fuerzas especiales entrara en mi casa, derribando la puerta, y argumentando que soy un terrorista peligroso. Como prueba, seguramente aportarían mi colección de películas de Kun-fú y declararían, ante los medios de comunicación, que mis manos y mis pies son armas letales.
La conclusión es que la historia se repite. El que tiene la fuerza la usa, la mayor parte de las veces impunemente. Por suerte, de vez en cuando, alguien tiene el valor de pararles los pies.
Hoy es el aniversario de una de esas ocasiones.
Este anti-cuento de la serie "EL MITO EN BREVE" va dedicado a los que plantan cara.
EL HOMBRE DEL TANQUE
***
Los carros de combate se crearon para avanzar en territorio hostil bajo fuego enemigo, logrando una ventaja táctica en la batalla. Griegos y romanos inventaron rústicas pero efectivas barreras móviles, que se fueron perfeccionándose a lo largo de los siglos, a medida que se evolucionaba hacia formas más sofisticadas y eficaces de matar.
Tras la Revolución Industrial y la Primera Guerra Mundial, se dotó al carro de combate de motor, blindaje y una gran capacidad de fuego. La “guerra de trincheras” quedaría obsoleta para siempre gracias al “Tanque”, que podía atravesar muros, resistir armamento pesado y diezmar al enemigo a distancias considerables.
Y sin embargo, el 4 de junio de 1989 sucedió lo impensable.
El desconocido no era un superhéroe. No era capaz de derribar muros. Las balas no rebotarían en su pecho. Y no iba armado.
No detuvo un tanque, durante aquel momento sublime. Detuvo el tiempo, el avance imparable de miles de años de estupidez.
***
DESCARGA EL RELATO COMPLETO PINCHANDO AQUÍ Y ENVÍASELO A TUS AMIGOS Y A TUS ENEMIGOS:
Espero que paséis el relato a alguien.
Nos leemos en breve.
¡UN CUENTO A LA SEMANA!
1 comentario:
Debo decir que no conocia el gesto del hombre del tanque, asi que gracias por compartirlo tanto el video como la reflexion., y viene muy al caso con lo que ocurrio en la franja de Gaza. Cabe mencionar que ironicamente el primer diseño del tanque corresponde a un genio renacentista como Leonardo.
Un abrazo murcielago.
Publicar un comentario